30 días a sus pies por mi matrimonio

Descripción

Fragmento del libro 30 días a sus pies por mi matrimonio:

No hemos concebido este libro para quienes buscan una razón para justificar el divorcio, sino para aquellos que están decididos a luchar por la restauración de su relación conyugal, a declararle la guerra al infierno y a pagar el precio para no dejar a sus hijos el trago amargo
del divorcio como herencia.

Aunque la cantidad de divorcios va en aumento y hasta parezca normal, las consecuencias trágicas no han disminuido y, de una manera u otra, dejarán su huella en las generaciones presentes y las por venir, por medio de la agonía emocional, las consecuencias financieras y los corazones rotos de los hijos. En otras palabras, no es simplemente la ruptura de la relación de dos personas que se amaban, sino más bien un fracaso en la vida de todos los miembros de la familia, que de alguna forma serán afectados severamente de allí en más.

El número de malogros matrimoniales no es en absoluto una indicación de que la institución ha perdido su efectividad. Por el contrario, es la consecuencia de que hemos ignorado los principios sobre los cuales Dios ha establecido el matrimonio. No podemos redefinirlo, puesto que, por derecho de creación, Dios tiene la última palabra en cuanto a su funcionamiento. Si respetamos ese diseño, disfrutaremos de todos los beneficios que conlleva el matrimonio.

En este desafío de treinta días, los ayudaremos a descubrir las posibles razones que los han llevado al borde del fracaso marital y cómo
dar pasos concretos hacia la restauración.

Lo que sea que estén pasando en este momento no es el final de la historia de amor que un día iniciaron juntos: cada uno de nosotros es
quien la escribe y decide qué desenlace tendrá.

Idealmente el libro fue pensado para leerlo juntos, y realizar los ejercicios en pareja. Por eso, encontrarás que el texto está escrito en plural. Somos realistas y sabemos que en ocasiones eso no sucede. Muchas veces uno de los dos se siente impulsado a iniciar el camino de búsqueda de ayuda y el otro permanece indiferente. Si este es tu caso, no te sientas mal.

Te animamos de todos modos a recorrer los treinta días en oración y meditando en tu corazón. Cuídate de no presionar a tu cónyuge para leerlo juntos, o de descalificarlo o amenazarlo con expresiones como: “Tú nunca pones de tu parte” o “Si no haces los ejercicios conmigo, tomaré una decisión fatal al final de este mes” o cosas por el estilo. Ora por tu pareja, bendícelo/a, confiando que el Señor obrará primero en tu vida para que el cambio positivo sea
una señal que lo anime.