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El lenguaje del perdón

El libro “El lenguaje del perdón: El matrimonio es el arte de aprender a vivir juntos” de Sixto Porras destaca que el amor no crece solo. Debe alimentarse cada día con palabras de afirmación, afecto, confianza y diálogo. Cuando dejamos que el rencor, la amargura y la falta de perdón se apoderen de nosotros, vamos matando el amor lentamente hasta producir un distanciamiento que se manifiesta con indiferencia, gritos, silencios que castigan y recriminaciones.
El perdón es el puente que facilita el diálogo para recuperar la confianza, y fortalecer la relación. Si no pedimos perdón y no perdonamos, podríamos matar la ilusión y la alegría de vivir juntos.

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Autores

Año de Publicación

2016

Editorial

Formato

Ebook, Libro físico

Descripción

Descripción

FRAGMENTO DE LIBRO:

En los momentos difíciles, no abandone el barco. Baje la intensidad de las emociones, respire profundo, valore todo el camino que han recorrido juntos, y piense en las consecuencias si deja que el rencor, el enojo o la frustración se apoderen del ambiente. Enfríe los sentimientos, decida retomar el diálogo, discúlpese si no lo hizo bien, espere a que su cónyuge ordene sus emociones, y dé el espacio necesario para que se sienta mejor y puedan hablar. Se darán cuenta que no fue tan grave, porque el amor que se tienen es más fuerte que el momento, y que la diferencia de opinión o el enojo que sintieron.

Un error que cometemos es alejarnos, y dejar que el sentimiento negativo crezca. Ligamos este episodio a otros momentos similares, y nos cargamos de pensamientos que nos parece que hacen justicia a nuestro corazón herido, pero lo único que logran es enojarnos y alejarnos más. Cuando no regresamos para dialogar, esto se convierte en una barrera que nos separa.

No podemos perder tiempo en creer que hacemos justicia castigando con el silencio, gestos que lastiman o recriminando la actitud de nuestro cónyuge. Lo ideal es tomar distancia por un momento, enfriar el enojo, regresar para hablar, dejar la sensibilidad a un lado, y pedir disculpas el uno al otro. Esto nos permite recuperar la confianza, la cercanía y la alegría en la relación.

No acumule enojo y resentimiento. Si lo hace, produce un efecto efervescente y, cuando explote, podría hacerlo equivocadamente, con palabras que hieren y lastiman en nombre de la “sinceridad”. Esta reacción solo va a producir heridas que les dividirán más. Por cierto, esto no tiene nada que ver con la sinceridad, porque la sinceridad está ligada a la habilidad de expresar con respeto lo que pensamos y sentimos, mientras generamos el espacio para que la otra persona pueda hacer lo mismo. Hablar con enojo hiere y nos distancia.

Si no logran controlar esos momentos de enojo al enfrentar una diferencia, es mejor que busquen ayuda profesional para que les ayuden a establecer una estrategia que les permita resolver las diferencias saludablemente.
Muchas veces herimos porque estamos cansados, con sueño, estresados, o hemos acumulado tensión y resentimiento. La solución no es sacar todo nuestro enojo en un momento de frustración.

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