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Heridas de amor

Tómate un momento para apreciar lo increíble que eres. Si no logras ver lo que vales es probable que te juntes con quien tampoco sepa verlo. Con esta oración inicia el autor Heridas de amor, un libro diferente entre las narrativas de José Luis Navajo, que sacudirá cada corazón, sobre todo los de aquellos que han sufrido el engaño, la traición y el maltrato despiadado de quienes amaron. ¿Cómo se levantan de ahí? ¿Cómo vuelven a creer? El autor comparte con valor un episodio muy doloroso de su vida familiar, mientras enfrenta al lector con las raíces de situaciones similares y el proceso de sanidad y restauración.

Información adicional

Autores

Año de Publicación

2023

Editorial

Formato

Ebook, Libro físico

Categoría: Etiquetas: , , , Product ID: 79862

Descripción

Descripción

Fragmento del libro Heridas de amor:

“El encuentro de dos personas es como el contacto de dos sustancias químicas: si hay alguna reacción, ambas se transforman”. No fue cualquiera quien afirmó esto, sino el suizo Carl Gustav Jung, conocido universalmente por sus contribuciones fundamentales a nuestra comprensión de la psique humana.

En Ruth, el proceso psicológico fue desatado por una mirada, y cuando llegó la voz de él, se desencadenó la metamorfosis fisiológica: las elevadas dosis de serotonina mantuvieron su mente ocupada con la persona amada; la placentera sensación le hizo bajar la guardia hasta quedar plenamente vulnerable, mientras la dopamina invadía esa área donde radica el sistema de recompensa del cerebro; el resultado fue que estrechó al máximo los lazos con su enamorado y limitó al mínimo el interés por otras personas.

Además, y esto es lo realmente peligroso, redujo el sentido crítico; en ese momento ella desconocía que cuando nos enamoramos perdemos la capacidad de criticar a nuestra pareja. Somos incapaces de ver sus defectos. Las regiones del cerebro que activan los sentimientos de amor, desactivan el juicio social. Por eso se dice que el amor es ciego. Con razón la mitología representa a Cupido con una venda sobre los ojos. Esto sucede tanto en el amor romántico como en el maternal. En ambos casos se “desactiva” la zona del cerebro encargada del juicio social y de la evaluación de la persona objeto de nuestra amorosa atención.

Sin intención de hacer leña del árbol caído, solo destacaré un tercer error que resultó fatal: aislarse con su enamorado. Cortó las líneas de comunicación con amigos y familia. Optó por la soledad, y olvidó que quien se queda a solas, con frecuencia está en mala compañía.

En Ruth pude comprobar que el amor es un seísmo que luego provoca un tsunami. El terremoto te desbarata, descoloca, estremece y agita, pero es cuando llega el tsunami que se te inunda el corazón, sin dar cabida a nada más… y a nadie más también. Eso hizo ella: levantó un alto muro y dejó fuera todo y a todos, excepto a él.

Todo lo anterior es un análisis, producto de mi interés en comprender lo ocurrido. Sigo presa del desconcierto, aunque escribirlo me alivia. Es en soledad y ante el papel donde hago mi decente estriptis: me desabrocho el alma, confieso mi llanto, mi desconsuelo y debilidad. A veces es una pura necesidad, como lo es para el perro ladrar o para cualquiera respirar.

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